viernes, 2 de septiembre de 2011

CAPITULO 1: Una extraña casa


Llevaba viviendo en Nigthmare toda la vida, nunca me había fijado en aquella casa. Una casa muy extraña. Iría a investigar, pero tenía que ir a casa de Mina.

Cuando llegué me di cuenta de que Mina (En realidad se llama Yasmina pero le llamamos Mina), Hall (En realidad se llama como el cometa, Halley) y Jess (En realidad se llama Jessica) estaban escandalizadas. Mina era morena pero con una tez blanca como la porcelana y sus ojos grandes y verdes. Hall era pelirroja, con la tez muy blanca y unos enormes ojos azules. Jess era castaña y su tez era morena y sus ojos eran de color marrón oscuro. Y yo era más bien la típica rubia de la que todos iban detrás, era rubia de tez morena y unos ojos grises y grandes como platos. Parecíamos los Ángeles de Charlie, solo que en vez de ser tres éramos cuatro.

Les pregunté el porqué de su alboroto, claro está:

- ¡Hey! ¡Chicas! ¿Por qué estáis tan escandalizadas? - dije yo inquisitiva.

- Porque… chico… guapo… instituto…- dijo Mina articulando las palabras que podía.

- Por favor, colmaos y que alguien me traduzca lo que ha dicho Mina.

- A ver, lo que Mina te intenta decir es que acabamos de ver un chico guapísimo cerca del instituto. – dijo Jess más tranquila.

- Lei, lo tendrías que haber visto, era súper guapo. – dijo Hall.

- ¿Y sólo os alborotáis por eso? – dije yo alucinando.

- No, porque también sabemos donde vive, en la casa extraña que hay de camino hacia aquí.´- dijo Mina tranquila que parecía que el episodio de antes no hubiese sucedido.

Me dio un escalofrío al pesar en aquella casa. Era horripilante y parecía inhabitable, pero era una casa enorme que en sus tiempos debía costar mucho dinero.

- ¿Pero esa casa es habitable? – dije yo pensando en que parecía destartalada.

- No lo sé. A lo mejor la estaban mirando para arreglarla o para comprarla – dijo Hall.

- Pues ya está a lo mejor de momento no vive allí. – dije yo- Otra cosa, ¿La estaban mirando? ¿En plural?

- Claro tonta, él debe ser de nuestra edad, con lo cual, vivirá con sus padres. Y esos padres serán los señores que hemos visto con él. – dijo Jess, siempre razonando lógicamente.

- Vale, pero yo diría que no vive nadie en esa casa, parece encantada. – dije yo, y ellas me miraron con cara de miedo y para hacerles una broma seguí.- Es más. os reto a ir esta noche a ver si está encantada o no – ya que nos quedábamos a dormir en casa de Mina.

- Perfecto, yo me atrevo, ya verás cómo están viviendo allí y no va a estar encantada – dijo Mina.

- Yo también acepto va a ser divertido - dijo Jess.

- Y yo también – dijo Hall y nos sorprendimos de su respuesta, ya que solía ser muy miedosa.

Nos pasamos la tarde hablando de nuestra incursión a la casa y acordamos que si había gente habitándola nos iríamos. Al final me había salido con la mía. Llegó el momento de ir hacia la casa, le dijimos a la madre de Mina que nos ese día íbamos a salir por la noche, ella por un milagro, aceptó. Salimos de la casa, nerviosas por no saber que nos íbamos a encontrar al llegar a aquella casa. Seguimos el camino con aceras y carretera que había hasta la bifurcación. En esa bifurcación cogimos el estrecho y tortuoso camino de tierra que llevaba a la casa. Cuando llegamos a la entrada de la casa parecía aún más extraña y terrorífica. Rodeada por una vieja y oxidada verja. Entramos por esta y miramos que o la habitase nadie, y efectivamente así era, nadie habitaba la casa.

- ¿Ves? nadie habita la casa- dije yo con rin tintín a Mina.

- Vale, pero estoy segurísima de que no está encantada y os reto a todas a que nos quedemos a dormir aquí esta noche – dijo Mina.

- ¿Y qué le diremos a tu madre? – dijo Hall.

- Fácil, yo le dije que probablemente os quedaríamos a dormir aquí, porque, ya sabes cosas de adolescentes y dijo que sí. – explicó Mina.

- Vale, pero si está en buen estado. – dije yo.

- Coincido con Lei. – dijo Jess.

- Y yo con estas dos petardas – dijo Hall echándonos la lengua, cosa que nos hizo reír a todas.

Nos callamos y nos dividimos en parejas para poder investigar la casa y mirar a ver si había algún sitio estable donde pudiéramos pasar la noche...

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