viernes, 2 de septiembre de 2011

CAPITULO 16: ¿Prometido? ¿Prometida?


Todo había pasado tan deprisa que, no me había detenido a pensar en las palabras de Adam, lo que le había dicho a William el día que descubrió que yo lo sabía. Había dicho << No te puedes enamorar de ella, sospecho que puede llegar a ser de los nuestros o de nuestros enemigos…>>. ¿¡En esos momentos no sabía si iba a ser vampiro o anti vampiro!? Pero… si después le dijo que yo iba a ser la reina de los vampiros. Y lo que más me preocupaba, ¿¡le dijo que no se podía enamorar de mí!? Pero… ¿Por qué? Entonces, me di cuenta de que algo pasaría en la jerarquía de los vampiros. De repente se me ocurrió preguntarle a… William.

- Will, una pregunta… – dije yo - ¿Por qué tu padre no te deja enamorarte de mí?

- No es que no me deje, es que no quiere que sufra si no fueras tú mi prometida y lo fuera tu hermana mayor.

- ¿Cómo? ¿¡Estas prometido con una de nosotras dos!?

- Si, pero no se con cual de las dos – dijo William.

- ¿Y quien lo sabe? – dije yo inquisitiva.

- Tus padres y el mío, pero a mí, mi padre no me ha dicho nada.

- Pues, a mi, si que me lo dirán- dije yo cogiendo aire y sacando pecho.

Me dirigí hacia la habitación donde mis padres se habían instalado en la cual se encontraba también Adam.

- ¿Con quien de nosotras está prometido William? – dije yo inquisitiva.

- No te lo podemos decir, compréndelo – dijo mi madre.

- Mamá, me acabo de enterar que estoy prometida, al menos dime si es con Will o no. – dije enfadada.

- A ver cariño, es tradición no decirlo hasta pocos días del matrimonio. – dijo mi padre.

- Pero me podréis decir si estoy prometida al menos – dije yo echando humo por las orejas

- Claro que estáis prometidas cualquiera de las tres- dijo mi madre.

- Y me diréis con quien – dije yo secamente.

- No podemos cariño, no hasta que no tengas edad para casarte – dijo mi padre.

- No era un pregunta, era una orden – dije yo, de tal cabreo que llevaba encima se me pusieron los ojos rojos como… la sangre.

- Tu no nos puedes mandar, apenas eres una adolescente y te estas convirtiendo en un vampiro… - dijo mi madre callándose progresivamente al ver esa mirada de furia y mis ojos rojos del mismo color que la sangre.

- ¿Qué le pasa, Thomas? ¿Por qué tiene esos ojos? Ningun anti vampiro los tiene… - dijo mi madre asustada.

- Yo sé que le pasa – dijeron mi padre, Adam y William (este último acababa de llegar a la estancia) a la vez.

- ¿Qué le pasa, entonces? – dijo mi madre asustada.

- No me pasa nada, parar de hablar como si no estuviese o como si no os pudiese oír- dije yo enfadadísima.


No hay comentarios:

Publicar un comentario