viernes, 2 de septiembre de 2011

CAPÍTULO 3: La casa

Ya casi era la hora de salir de clase, estaba impaciente era algo que no había sentido ni con Aarón ni con otro que hubiese estado. Pero claro también estaba impaciente por acabar de hacer tecnología. No es que se me diese mal, sino que yo prefería hacer castellano o inglés.

Después de que se pasase esa interminable hora de tecnología, él me esperaba fuera. Delante de la puerta, como habíamos acordado (teníamos, en ocasiones, clases diferentes y esta era una de ellas). Me sentía como si estuviera flotando en una nube. Aunque no encajábamos mucho ya que, él era tan guapo y yo era una chica más bien normal. Era una chica ni alta ni baja (más baja que alta), morena ( de piel y también de pelo), con los ojos negros. Era normal…

Íbamos los dos súper callados. Hasta que él rompió el silencio con su dulce y preciosa voz:

- Sabes, yo también vivo en la urbanización de los cerezos en el nº 31

- ¿Entonces, sois vosotros los nuevos vecinos? Digo, tú y tus padres…

- Digamos, que solo mi padre y yo.

- Oye, ¿te parece si dejo las cosas en casa?

- No, tu casa está al lado que va a pasar…

- Bien, así si necesitamos algo puedo ir a buscarlo

- Perfecto!! – dije ilusionada, de la ilusión lo abracé y él se puso rígido y muy rojo. Lo más extraño de todo fue, que parecía que lo había vivido ese mismo momento con él, un deja-vi y fue como recordar algo que había olvidado…

- Eh… Ahora vuelvo – dijo vergonzoso y aun rojo.

- Vale… - dije igual de vergonzosa y roja que él.

Entré a casa un poco extrañada por lo que había pasado abajo. Mi casa era de 3 plantas y muy bonita y grande. Mi madre era jueza y mi padre abogado (un gran abogado). Por eso nos podíamos permitir una casa así.

Mientras iba subiendo a mi habitación me iba dando cuenta de que mi habitación estaba patas arriba. No podía dejar que viese mi habitación así. Me puse a recogerla.

Tardó un montón en venir me dio tiempo a recoger todo y dejar mi habitación como una patena.

No era normal que tardara tanto, de mientras me puse a pensar en lo que había pasado. Era raro yo no conocía a William de nada y tenía deja-vis. Era tan raro que empezó a brotar de mi mente un pensamiento que decía:

<< Es que mi padre está tramando algo, como quiere que se la presente, si solo es para hacer un trabajo… Diría que quiere reconocerla para ver si se parece, pero no creo que ella sea cómo…>>

Y el pensamiento se acabó, era raro esto nunca me había ocurrido. Estaré loca pero creo que era la voz de William y también estaré loca por creer que el pensamiento era de verdad…

No hay comentarios:

Publicar un comentario