viernes, 2 de septiembre de 2011

CAPITULO 20: La Sorpresa de Iria


Cuando salimos de clase, Iria me estaba esperando para que fuésemos al centro comercial, a comprar ropa y a pasar la tarde. Estaba preocupada por William, que no lo había visto en todo el día, ya que aquel día no fui co n él al instituto. Y no me tocaban las mismas clases esos días aunque fuéramos a la misma clase.

- ¿Podemos ir un momento a mi casa? Es que quiero dejar las cosas. – dije yo pensando, en que puede que de esa forma podré ver si William está bien o no.

- No, primero, te tendría que explicar una cosa, y necesito que te relajes. Lo primero de todo tranquila, William está perfectamente, está durmiendo porque ha perdido un poco de energía y lo segundo se esto porque soy como tú.

- Perfecto, pero, ¿Quién te manda a penetrar en mi mente? ¿Nunca te han dicho que es de pésima educación hacerlo? – y acto seguido rompimos a reír.

- Lu, siento no habértelo dicho antes, pero… - dijo ella y terminó ahí porque yo la interrumpí afirmando lo que ella iba a decir.

- Hubiese creído que estabas loca o bromeando – dije yo acabándole la frase.

- ¿Me has leído el pensamiento? – dijo ella con doble sentido.

- Digamos, que te conozco- y las dos nos echamos a reír.

Fuimos hacia mi casa, bueno, hacia casa de William. Me creía lo que Iria decía, solo que tenía un presentimiento, algo me hacia saber que William no estaba bien. Ahora más que nunca, sabía que eso era verdad.

Llegamos a casa. Subí corriendo las escaleras que llevaban a su habitación, ya que me dí cuenta de que sabía perfectamente donde se encontraba, lo sabía desde un kilómetro de distancia.

- William, ¿Qué te pasa? ¿Qué tal estás? – dije yo con preocupación al ver que estaba estirado en la cama, y que yo supiese mis padre nunca se ponían enfermos.

- Tranquila, solo estoy un poco cansado, no es nada.- dijo él, pero yo que era muy lista decidí mirar sus pensamientos.

<< Tranquila, estoy cansado, créeme y no andes en mi mente siempre que dudes>>

Le eché una mirada asesina y oigo:

<< No me mires así, no estoy mal, solo un poco débil, no estoy acostumbrado a que beban de mí. Esto me queda bien empleado, para que sepa lo que les pasa a los humanos cuando bebo de ellos>>


No hay comentarios:

Publicar un comentario